Cuando en la redacción todos mentaban madres en contra de Aguirre, del árbitro, Osorio, Guille, Giovanni y el que se dejara, yo me preguntaba (y ya manchado, les preguntaba): ¿pues qué esperaban de esta Selección?
Hay muchas maneras de ver esta participación de México en el Mundial Sudáfrica 2010. Desde el punto de vista meramente futbolístico, es una actuación más que honorable.
Veamos, México es el lugar 17, según el ranking de FIFA. Habrá que ver como queda la clasificación final de Sudáfrica, pero de entrada, el Tri ya está entre las mejores 16 selecciones del mundo. Se avanzó.
Se clasifica en la misma Confederación que Estados Unidos, quien ya fue descalificado, y Honduras, que ni siquiera pasó a octavos. Y, no olvidemos, el equipo tricolor estuvo a punto de quedar fuera del Mundial, aún en una zona tan mediocre como la de Concacaf.
De eso a empatar con Sudáfria y ganarle a Francia, hay un gran salto, se mejoró.
Y veamos, México es dirigido por un entrenador que no ha ganado más que un par de campeonatos con el Pachuca, y de eso hace ya más de 10 años. Es decir, con todo y un Director Técnico mediocre se colocó al Tri entre las mejores 16 selecciones del mundo mundial. No es para menospreciarse, en serio.
Por eso, es sorprendente que se critique a Osorio, por ese error garrafal en las inmediaciones del área azteca, cuando los mexicanos somos los especialistas del engaño, la mentira, la autocomplacencia y el “ahiseva”.
Somos capaces de provocar accidentes viales con tal de ganar unos cuantos metros en el tráfico. Por supuesto que no tenemos problemas para pagar mordidas, evadir al fisco, engañar al IMSS, corromper, robar, transar… ¡¿por qué nos sorprende las naturaleza cínica, abusiva, ratonera y mediocre de los jugadores, entrenadores y directivos del futbol mexicano?! No son sino el fiel reflejo de lo que los mexicanos hacemos día tras día en nuestras casa, calle, colonia, ciudad.
México es un país en potencia, nada más: una democracia en potencia, una economía emergente, con una liga de futbol aburrida y poco competitiva. Nuestra Selección no es sino la mejor representante de nuestra idiosincrasia y Cuauhtémoc Blanco el mexicanote que todos llevamos dentro: macho, pedote, fumador, mujeriego y fiestero.
Vamos, México, con todo lo anterior, lo único que queda por decirle a esos 23 guerreros es: gracias, gracias por aquel 17 de junio en que le ganaron a la peor selección francesa de los últimos 20 años.
Sin más, la pura, neta y sínica verdad sobre un grupo de mexicanos que representaron a su país, con todos los gastos pagados, en uno de los más desdibujados mundiales... solo espero que... que... "po's" que Alemania sea campeona
ResponderEliminarConociéndote, un análisis-pensamiento muy neta... Muy Gabo.
ResponderEliminarTambién veo, por el comentario, que esos anhelos bolivarianos de la "Patria Grande" sólo están vigentes al sur, muy al sur, de este norte que prefiere poner el ojito al otro lado del charco.
Mi humildísimo anhelo es (ahora que ya no está México) que la copa sí quede en el sur, y si es muy al sur mucho mejor.
Salud Gabo por este blog. Cuenta con una seguidora.
Querida checita, no sabes el gusto de verte pasar por aquí, y el honor de que me dejes un cmentario. Lo agradezco en el alma. El análisis de la "Patria Grande" si están como en el sur a la derecha, en tierras del comandante Chávez. Sabes que soy realista-pesimista de origen. Y sabes, también, que mi gusto por Alemania no es solo (no solo) pretencioso. Hay algo en la sangre que me hierve con la selección teutona. No dejes de pasar por aquí, querida ché. Te quiero.
ResponderEliminar